If we keep doing what we're doing, we're going to keep getting what we're getting.
Stephen Covey

14.5.07

Azul y sus conflictos

Desde hace tiempo vivimos tanto a través de los medios de comunicación, como en la calle situaciones de conflicto permanente. Un conflicto sucede a otro y a su vez se reciclan pareciendo nunca resolverse. La causa y consecuencia es el conflicto mismo. Casi nadie queda exento de algún conflicto.

Empieza así. Uno (por lo general un individuo o un individuo en nombre de una institución) acusa a otro de algo: ineficiencia, corrupción, falta de idoneidad, trato injusto, etc. Cualquiera se cree con derecho a opinar de cualquier cosa, a criticar al otro, sin ni siquiera averiguar algo, sin contar con los conocimientos. Entonces manda una carta al diario, va al canal, recorren todos los micrófonos mañaneros intentando convencer a los oyentes de sus razones, del injusto trato del que fue víctima, de lo mal que se hacen las cosas.

Entramos en un ida y vuelta de respuestas, justificaciones, autodefensas y ruptura de relaciones. El conflicto que originó todo, queda ahí sin resolverse. La cuestión pareciera ser quién tiene más argumentos o quién vence a quién. El conflicto sigue allí, el problema sigue allí y Azul sigue allí.

En un momento parecía que estas actitudes eran propias de políticos. En definitiva este sector es el único que está expuesto públicamente. Pero hoy es evidente que incluye a empresarios, empleados, sindicalistas, dirigentes de instituciones y también periodistas, entre otros. Invito a hacer una lista de los conflictos que han tomado estado público a lo largo de este año.

Salvo contadas excepciones nadie ve el conflicto como una instancia de superación, de crecimiento, de un paso adelante. Visto a la distancia, los contendientes parecen dos chicos que cinchan por un juguete.

Después aparecen los “superados”. Aquellos que dicen cosas como: “es necesario superar viejas antinomias”, “es necesario una visión superadora”, “es necesario dejar a un lado los intereses particulares”, toda una gama de frases hechas con la que intentan aparecer ante la comunidad como por encima de esas situaciones. Pero no se “infectan” con el conflicto. Son comentaristas de la realidad.

El problema no es el conflicto, ni si somos o no conflictivos. El problema es: ¿QUÉ HACEMOS CON EL CONFLICTO?. Son las personas honradas, con convicciones y coraje quienes plantean conflictos. Pero esto no debe confundirse con el rol de Acusador que es el que predomina. El que apunta al otro como causa de sus problemas.

También es de honrados, convencidos y corajudos el saber que ante el conflicto (esto es, la posición encontrada de intereses) es necesario plantarse con una posición negociadora, conciliadora tendiendo a alcanzar un acuerdo en el que seguro tendré que resignar posición. Esto siempre y cuando no haya valores en juego. La corrupción, la deshonestidad no se negocian. Pero tampoco se acusa. En todo caso se denuncia en el lugar correspondiente.

Después están los “temerosos”. Los que intentan tapar el conflicto. Es la postura que ve el conflicto como un obstáculo. Esta actitud posterga la verdadera solución superadora, impide avanzar, aumenta la desconfianza, exacerba los egoísmos.

Existen también los roles positivos. Aquellos que evitan el surgimiento del conflicto creando espacios de encuentro de las personas y fomentando el diálogo frontal y respetuoso. La peor crítica se puede decir sin agredir y con respeto. Hay que encontrar la manera. Por lo general estas situaciones no trascienden. Son noticia los aviones que se caen, no los que llegan a destino. A veces observo que quien quiere trascender públicamente debe ser protagonista de un “buen conflicto”, con múltiples acusaciones, permitiéndole a uno posicionarse ante la comunidad, obligando a los ciudadanos que tomen partido por uno u otro.

En definitiva creo que nuestra imposibilidad de encontrar genuinamente soluciones y PROGRESAR, es un problema de EDUCACIÓN. ¿Cuántos años hace que venimos diciendo que “si no nos ocupamos de la educación hipotecamos el futuro?” ¿30 años?, ¿40 años?, ¿50 años?. Hay una mala noticia: ese futuro que hipotecábamos es nuestro presente. Quienes hoy somos adultos somos víctimas de la catástrofe educativa. Es nuestra FORMACIÓN la que nos impide debatir civilizadamente, alcanzar acuerdos (no tranzar), tener alternativas inteligentes, etc., etc. La educación no es para saber de memoria el teorema de Pitágoras o recitar el poema del Mío Cid. La educación es para compartir una manera de ser, para dialogar, ser respetuosos, para entendernos, para ser una sociedad.

Caímos en la MEDIOCRIDAD. Pero cuidado!. No es un tema de mediocres o no mediocres. TODOS somos responsables y víctimas de nuestra mediocridad. Pero se distingue una diferencia entre unos y otros mediocres: están aquellos que conviven pasivamente en la mediocridad y los que todos los días se levantan tratando de superar la mediocridad. Estos últimos son los silenciosos, los que están enfocados en “encontrarle la vuelta” a las situaciones para crecer, para ponerse de acuerdo, para hacer junto al otro lo que sería imposible hacer sólo, resignando individualismo para construir colectivismo.

Ahora bien que hacemos con esto. Es necesario que quienes quieran aprovechar el conflicto para progresar encuentren alternativas para lograrlo. Puestas en evidencia nuestras dificultades es necesario proponer algunas ideas:
Enfocarnos cada uno en superarnos a diario, pensando más en como mejoro yo, que en lo malo que es el otro
Valorar lo simple y cotidiano que es el sostén de buenas relaciones (saludo, pedir por favor, decir gracias, tratémonos bien)
Basta de quejas! Los quejosos aburrieron.
Basta de chismes! El chusmerío se convirtió en la principal actividad económica del Partido
Ponerse una meta y concretarla: en mi trabajo, en mi institución, individualmente, etc., con compromiso genuino con la tarea, cualquiera sea el tamaño. Todos somos importantes para mejorar nuestro espacio.
Considerar si no hay otro/s que pueda/n ayudarme a llevar adelante esa iniciativa. Sin prejuicios y pensando que ese otro también tiene sus ideas que tengo que respetar y valorar. Cuantos más abrazan esa idea más factible se vuelve
Escuchar al otro. Por algo tenemos dos orejas y una boca
Los valores no se negocian. Donde no hay valores no hay relación posible. La ausencia de valores es necesario ponerla en evidencia
Evitar las acusaciones personales. Estas derivan en pelea. Y la pelea es siempre el argumento para no concretar algo.
Desconfiar del que recurre a la agresión personal y grita
Focalizar la discusión en la idea o el proyecto y no en las personas
Fomentar la discusión y el debate abierto, frontal y respetuoso. Es necesario evidenciar los conflictos. Tenemos numerosos medios de comunicación con vocación y espacio para la discusión y el diálogo. Utilicémoslos como tribunas de debate.

He reflexionado mucho hasta decidir escribir estas ideas, sólo espero que sean necesarias. ¿Lo serán?


Por Luis María Lafosse
Para diario El Tiempo
20 de Diciembre de 2006

Los obstáculos para la integración regional

A más de 10 años de su comienzo, el Consorcio TOAR ha sido más una buena iniciativa, que un camino para el impulso de la región. Algunas ideas para la reflexión.

A comienzos de los años noventa, los intendentes de nuestras localidades de Azul, Olavarría y Tandil creyeron oportuno iniciar un camino de interrelación entre nuestros municipios con el objetivo de alcanzar entre los tres, lo que no podíamos hacer individualmente. Con el tiempo se sumó a la iniciativa la localidad de Rauch y con esa configuración llegamos hasta hoy.

Más allá de alguna actividad concreta, la iniciativa impulsada por los estados municipales no ha obtenido algún logro trascendente, acorde al sueño planteado en sus comienzos.

Se debe reconocer sí, al desarrollo de la educación universitaria a través de la UNICEN, como una iniciativa exitosa de alcance regional. Las iniciativas de nuestros diarios para editar suplementos es loable. Y con un poco de humor podemos decir también que otra experiencia de integración regional es la Guía Telefónica que incluye el directorio de las localidades del TOAR.

Se suele atribuir a la falta de vocación de algunos intendentes por la regionalización, la causa de su paralización. Pero en este caso dejaremos de lado esa hipótesis pues más allá de ese argumento, hay otras razones superiores que pueden explicar las verdaderas causas.

Como atenuante podemos decir que no hay una sola experiencia de integración regional que haya tenido éxito en la provincia, por lo tanto se puede decir que lo que nos sucede a nosotros les sucede a todos. Esta coincidencia debe ser la que dispare el análisis hacia otras causas que intentaremos describir.

El TOAR abarca un mercado de casi 350.000 habitantes, está ubicado en el corazón de la provincia en una de las geografías más ricas del mundo, tiene una diversidad económica muy vasta, y tres localidades reconocidas a nivel nacional. ¿Por qué entonces no podemos desarrollarnos integrados?

Los obstáculos para la integración se pueden clasificar en: socio-económicos, políticos y administrativos.

Las razones económicas
El TOAR eligió como época para su desarrollo a los años que nos llevaron a la peor decadencia económico, social y política de nuestra historia nacional de la cual recién nos estamos recuperando (actualmente alcanzamos el nivel que la economía tenía en 1998, cuando comenzó la recesión). En ese contexto de administración de pobreza y decadencia, es imposible pensar en lo regional, cuando nuestros esfuerzos debían concentrarse en mantener lo local. En este sentido las crisis también permiten conocer lo mejor y lo peor de cada uno.

Las razones políticas
Como municipios pertenecientes al interior de la provincia de Buenos Aires, desde hace décadas sufrimos una postergación, respecto de los municipios del conourbano bonaerense. Lo sufrimos por un lado en la ausencia de inversión o desinversión en infraestructura (ferrocarril provincial, obras hídricas, carreteras y autopistas, puertos, infraestructura para la industria, infraestructura rural, etc.) y ausencia de políticas para el desarrollo rural e industrial, por citar sólo algunos ejemplos.

Tampoco el gobierno provincial ha demostrado vocación alguna por otorgar a los municipios la autonomía municipal consagrada en la Constitución Nacional de 1994 y vedada en la constitución provincial, también de 1994. Salvo alguna iniciativa de descentralización del cobro de impuestos el gobierno provincial mantiene y consolida el centralismo administrativo.

Cuando leemos trabajos y ensayos acerca de los desarrollos regionales de Europa, no sólo son regiones o distritos autónomos, sino que además están compuestos por municipios autónomos.
Como ciudadanos del interior provincial, la consagración de la autonomía a los municipios es la única medida del gobierno provincial de impacto local que nos debería interesar.

Las razones administrativas
Como experiencia de integración el TOAR es una iniciativa voluntaria, y en algunos casos ha sido voluntarismo local que va contra la corriente provincial.

En el año 2004 en el marco de la formulación del Plan Estratégico de Azul, en el Equipo Técnico que integro, nos tomamos el trabajo de analizar las diferentes regionalizaciones existentes de organismos públicos y privados, provinciales y nacionales a las que pertenece el Partido de Azul.

Así analizamos las regionalizaciones de colegios profesionales, Sección electoral, Banco Provincia, Defensa Civil, Departamento Judicial y Policíal Provincial, Región Sanitaria, Delegación del Ministerio de Trabajo, TOAR, INTA y Ministerio de Desarrollo Humano, entre otras. Logramos confirmar nuestra presunción: a pesar de ser en casi su totalidad dependencias públicas provinciales y nacionales, no había una sola región de las mencionadas que coincidiera con otra.
Más aún, con la salvedad del Departamento Judicial, la única región que incluye en su jurisdicción a los cuatro municipios del TOAR, es el TOAR.